En esta guía proporcionaremos información útil para entender mejor el mundo de los diamantes y como realizar una compra segura
Antes de adquirir un diamante, es importante conocer las 4C´s. Este es un término que escucharás al momento de comprar un diamante y se refiere a los cuatro atributos que le proporcionan su belleza. El Gemological Institute of America también conocido como “GIA” creó este método con dos fines muy importantes, utilizarse como un sistema estandarizado para evaluar la calidad de todos los diamantes en cualquier parte del mundo y con el fin de saber con precisión el valor de los diamantes en base a sus características.
Es el factor más importante al momento de elegir un diamante, debido a que de este depende la brillantez y acabado de la gema. Cuando hablamos de manera técnica sobre el corte se refiere a las proporciones, simetría y pulido final de un diamante. Según el sistema mundial estándar GIA, el corte se evalúa en los siguientes grados:
El corte es el único de las 4c que es determinado por la habilidad artística del tallador y no por la naturaleza. Un mal grado de corte en un diamante tiene como resultado en una apariencia opaca y apagada; mientras que un diamante con un grado de corte superior producirá mayor brillo y dispersión. Recomendamos que, al momento de elegir un diamante, priorizar su grado de corte. Es importante asegurarse que el grado no sea menor a Muy Bueno.
Los diamantes en la mayoría de las veces se mezclan impurezas de nitrógeno en su proceso de formación, esto causa que el diamante tome un color amarillento o marrón. Los diamantes más blancos o incoloros son considerados de mayor calidad, debido a que son más raros y atractivos a la vista. Para poder conocer con precisión el color de los diamantes, el GIA creó una escala de colores desde la letra D a la Z, en la cual cada letra representa la intensidad de color amarillento presente en los diamantes.
Si bien lo ideal es siempre elegir un diamante dentro del rango de color DEF, tampoco es mala idea elegir un diamante con algunos grados de color menores, ya que no existe una diferencia visual tan notoria y puede ayudar a disminuir significativamente en el precio final del diamante. Si este es el caso, se recomienda empezar como mínimo desde la letra I en adelante, ya que esta se encuentra dentro del rango muy cercano a incoloro.
La claridad se refiere a la presencia de imperfecciones microscópicas que ocurren en el interior y en la superficie de los diamantes. La mayoría de los diamantes se forman con estas marcas de nacimiento que en términos gemológicos son conocidas como inclusiones. La claridad se evalúa mediante grados, en la cual cada inclusión que ocurre dentro o fuera del diamante, disminuirá su nivel de claridad. Según el sistema mundial estándar GIA, existen los siguientes grados de claridad:
Lo ideal es que el diamante que elijamos sea siempre muy limpio, existe un término en inglés llamado “eye clean” que se utiliza en diamantes que son 100% limpios al ojo, esto significa que el diamante no tiene ninguna inclusión notoria al ojo humano, sin ayuda de algún instrumento de acercamiento. Si bien todas las 4C´S son importantes, se podría decir que la claridad es la última en considerarse, siempre y cuando el diamante sea limpio al ojo; esto por lo general empieza en diamantes desde el grado SI1 en adelante. Usualmente todos preferimos un diamante en el rango de claridad VVS o VS, aunque la diferencia con un SI1 es casi imposible de detectar al ojo, por eso mucho optan por elegir un diamante en este rango, ya que el costo puede variar significativamente en el precio final del diamante.
El carat o quilate en español es la unidad que se utiliza para pesar los diamantes y todas las gemas en general. 1 quilate es equivalente a 200 miligramos, por lo que 5 quilates son equivalentes a 1 gramo. Otro termino muy común utilizado en el peso de los diamantes son los puntos, en el cual 1 quilate se subdivide en 100 puntos. Por ejemplo 0.50 quilates equivalen a 50 puntos.
Al momento de elegir el peso de un diamante, es recomendable considerar el famoso “tamaño mágico”, consiste en elegir un diamante con un peso inusual, para obtener un beneficio en el tamaño y en el costo. Un diamante de 0.90 quilates es muy difícil de diferenciarlo en tamaño con uno de 1 quilate, pero la diferencia en costo puede variar hasta en miles de dólares.
La fluorescencia es el fenómeno presente en algunos diamantes al ser expuestos con rayos ultravioleta de ondas largas. Normalmente, la fluorescencia es de color azul, pero también hay diamantes con fluorescencia amarilla o incluso blanca. Mientras el diamante presente menor grado de fluorescencia, su costo será mayor. Dentro del sistema de evaluación GIA, existen los siguientes grados de fluorescencia:
La fluorescencia ha sido objeto de acalorados debates en los últimos años, con opiniones comerciales divididas sobre su efecto en la apariencia y el valor de los diamantes. Esto sucede, debido a la teoría en la cual algunos diamantes con altos grados de fluorescencia presentan una apariencia lechosa y opaca. Si bien muchos diamantes con altos grados de fluorescencia no presentan este efecto, recomendamos adquirir diamantes en el rango ninguna o ligera.
Todos conocemos el diamante redondo tradicional, pero existen otras formas alternativas que en el mundo de las gemas son conocidas como Fancy cut o Fancy shape. Cada una de estas formas cuenta con características únicas, las cuales definen su calidad. Sí bien, existen muchas formas de diamantes Fancy shape, actualmente las más comerciales son las siguientes:
La idea promedio que todos tienen de los diamantes es que son blancos, aunque también existen diamantes de colores, los cuales son conocidos en el mundo de las gemas como diamantes Fancy color. Estos representan solamente el 0.01% de la extracción de diamantes a nivel mundial. Podemos encontrar naturalmente una gran variedad de colores, incluidos el rojo, azul, verde y negro. Los colores rojos y rosados son considerados los más raros y costosos en el mundo.
La certificación en diamantes es un documento emitido por un laboratorio gemológico, el cual indica sus características básicas como su peso en quilates, grado de claridad, corte y color. El certificado también incluye especificaciones cómo sus proporciones y grado de fluorescencia. Estos grados son definidos por un profesional según los estándares de calificación subjetiva del laboratorio. Los certificados cuentan con un número de serie de seguridad impreso, el cual posteriormente es grabado con tecnología láser en el mismo diamante, esto sirve para poder verificar la calidad y legitimidad del diamante al momento de la compra. Los laboratorios gemológicos más prestigiosos a nivel mundial son los siguientes:
Es importante al momento de comprar un diamante que el certificado sea emitido por un laboratorio gemológico de prestigio, estos laboratorios son regulados y cuentan con la mayor garantía en el rubro de diamantes. Existen diamantes circulando con certificación dudosa conocida como “certificación nacional”, esta certificación no solo no tiene ninguna validez, sino que usualmente no es muy precisa en la información brindada. Por lo general estos certificados vienen en tarjetas y son emitidos por la misma empresa que te vende el diamante. Un gemólogo particular puede evaluar y obtener las características aproximadas de un diamante, pero esto solo sirve como un reporte básico de la gema y no es oficialmente un certificado gemológico. La recomendación es que el diamante que se adquiera tenga certificación de un laboratorio tercero y no por la misma joyería o persona que se lo venda.
Los diamantes de laboratorio también llamados diamantes sintéticos o lab grown en inglés, son aquellos creados como su mismo nombre indica en un laboratorio con tecnología que imita las condiciones bajo las cuales se forman los diamantes naturales. Cómo están formados del mismo material y expuestos a las mismas condiciones, los diamantes creados en laboratorio son óptica y químicamente idénticos a los diamantes naturales. Debido a que estos diamantes son creados por humanos, su costo es mucho menor al de un diamante natural. Adicionalmente la producción de estos diamantes se está haciendo cada vez más masiva, es por eso que su valor por lo general es volátil a diferencia de los diamantes naturales. Hoy en día muchos eligen los diamantes de laboratorio como una gran alternativa a los naturales, debido a que tienen un costo más accesible y son eco amigables.
Los diamantes en lotes sueltos son aquellos que vienen en grandes cantidades, separados por tamaño y calidad. Los que vienen en tamaños pequeños son llamados melee y star. Estos diamantes al ser pequeños no cuentan con certificado, debido a que su valor es mínimo y no es suficiente para justificar el costo de la certificación. Generalmente esta clase de diamantes se utilizan cómo gemas adicionales en joyería o en conjunto para crear piezas únicas. También existen diamantes en lotes sueltos grandes, estos por lo general son utilizados para alta joyería, por ejemplo, en el caso de los collares tennis que por lo general llevan más de 100 diamantes, algunos prefieren saltearse la certificación, debido a que se necesitaría certificar cada diamante para crear esta pieza; además el costo final de compra sería más accesible.
Las piedras de imitación, también conocidas como simulantes son aquellas que como su mismo nombre lo dice, imitan la apariencia de un diamante, pero no poseen las mismas propiedades físicas. Algunos simulantes se forman naturalmente, mientras que otros son creados artificialmente en fábricas. Por lo general los simulantes de fabrica tienen un valor económico muy bajo, debido a que son creados en masa y compuestos materiales de poco valor. En la actualidad, los simulantes de diamantes más populares son la zirconia cúbica, la moissanita y el zafiro blanco.
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Diamante es el termino técnico general de la gema, puede ser en bruto o tallada. Brillante es el diamante ya tallado listo para joyería, sin embargo, existen otras gemas que son tallas en el mismo acabado brillante que podrían ser confundidas. Es preferible ir a lo seguro y especificar si es un diamante.
Existen diamantes legítimos que no necesariamente tienen certificación, pero si está en las posibilidades, es recomendable siempre buscar uno con certificación, de esa manera se puede tener la garantía que es legítimo o si es de la calidad que uno desea.
No, la Moissanita es una piedra sintética diferente. A simple vista puede tener una similitud, pero sus características físicas son diferentes. En términos de presupuesto, una Moissanita es mucho más económica.
La preferencia en las formas de diamante dependen totalmente de los gustos de cada uno, aunque si hablamos de estadísticas, el diamante redondo forma parte de hasta el 70% de las formas más adquiridas en el mundo.
El diamante es de los materiales más resistentes en el mundo, lo que significa que pueden durar toda una vida; con el cuidado adecuado, los diamantes pueden conservar su belleza y brillo durante varias generaciones.
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